Cómo una gota fui de la marea. La playa me hizo grano de la arena. Fui punto en multitud por donde fui, nadie me detectó, y asi aprendí. Cuando creí colmada la tarea, volví mi corazón a Casiopea. Cumplí celosamente nuestro plan: por un millón de años esperar. Hoy llevo el doble dando coordenadas, pero nadie contesta a mi llamada. ¿Qué puede haber pasado a mi señal? ¿Será que me he quedado sin hogar? Hoy sobrevivo apenas a mi suerte, lejano de mi estrella, de mi gente. El trance me ha mostrado otra lección: el mundo propio siempre es el mejor. Me voy debilitando lentamente.... Quizá ya no sea yo cuando me encuentren.........